jueves, 9 de julio de 2009

La educación no es el maestro


Es triste y desastroso el papel que, en materia educativa, llevó a cabo el gobierno peruano de Alan García en su segundo período. Efectivamente, el único objetivo que tuvo fue desarticular al Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana (SUTEP), esto por encargo de la derecha, cuya obsesión permanente es desaparecerlo por ser la fuerza política-sindical más grande e importante del país.

Todo el proceso “evaluativo” llevado a cabo no fue más que una estratagema para socavar y debilitar a las bases del sindicato. Fuera de este empeño eminentemente político, lo demás resultó todo una desgracia (intencional). A eso se agregó la desaparición física del Ministerio de Educación (con el fin expreso de no darle oportunidad al SUTEP de tener un “enemigo visible” donde reclamar y concentrarse) y la realidad de las cifras de inversión: el presupuesto para educación fue el más bajo en toda la historia del Perú.

Salvo el maestro el resto es ilusión

Pero aparte de la corrupción acostumbrada con respecto a las obras y las compras típicas del partido aprista, estuvo también la idea transmitida al pueblo de que “educación es sinónimo de maestro”. Esa es una verdadera falacia que, lamentablemente, ningún pedagogo serio se atrevió a aclarar. Los educadores de prestigio, con tal de no enemistarse con el gobierno y parecer “antisistemas” (verdadero temor de todos) callaron la boca y no aclararon que la educación no se basa solo en el maestro. La educación es una especialidad y una tecnología complejas, que va más allá de lo que diga el profesor en el aula. Implica, como eje más importante, la política educativa y las normas, además de una currícula; en pocas palabras, lo importante no es EL CÓMO (el maestro) sino EL QUÉ (la materia a enseñar). Todo eso, mas una serie de elementos fundamentales para la formación de un pueblo, fueron obviados olímpicamente tanto por el gobierno como por sus temerosos cómplices, los expertos en educación. Todos se subieron al carrito de “la educación es el maestro” y arrojaron al tacho del olvido cientos de años en el arte de educar y miles de conceptos científicos más sobre cómo hacerlo. Todo fue el maestro, el maestro, el maestro…

La educación siempre es peligrosa

Y así el libreto consistió en el discurso siguiente: “El maestro es el único responsable de la educación, y como la educación está mal en el Perú, pues el maestro es el que está mal. ¿Y por qué está mal? Por los paros, marchas y politiquería del SUTEP. Conclusión: si queremos una buena educación entonces eliminemos al SUTEP”. Esta fue la estrategia seguida y no hay que ser maquiavélicos para diseñarla. ¿Alguien la ha denunció? Entonces se trató de una operación política elaborada por gente de un gobierno para quien educar al pueblo siempre sabe a crear más “antisistemas”, más revoltosos, más revolucionarios que van a protestar y reclamar derechos aprendidos en las aulas. La educación auténtica, ese tipo de formación que apunta a transformar al hombre y hacerle ver su realidad, es la clase de educación que ningún gobierno tradicional latinoamericano quisiera ver para “su” pueblo. Por eso es que se busca que las cosas se mantengan como están, que las diferencias sean cada vez más abismales entre los de arriba y los de abajo, cosa que facilita el usufructo del poder y hace gobernables a los ignorantes. La educación en el Perú, al igual que en la mayoría de los países de Latinoamérica, es la piedra angular que permitirá forjar para el mañana, o un rebaño de seres aplastados, o una humanidad digna y consciente de su destino y de sus obligaciones y derechos.

2 comentarios:

  1. Hay otro punto importante que suele obviarse a la hora de calificar algún modelo o técnica educativa: Inevitablemente, la educación (distinta a la "instrucción") no se termina con las siete horas dentro del colegio. Poco se dice respecto de que el niño, joven u hombre en formación no termina de asimilar jamás, sobretodo en aspectos que van más allá de lo académico, como el aprendizaje de valores o ética social, que es algo gravemente obviado. Hay responsabilidades que otros sujetos sociales no han asumido, optando por lo más fácil: Agarrársela con el puerco de San Martín, vale decir el magisterio.

    Fuera de lo mencionado, cabe decir lo de casi siempre: En las escuelas del Perú aún se sigue dictando clase y evaluando según ciertas teorías, según versiones complacientes, según las necesidades cívicas. Los grandes ejemplos de que se instruye para adormecer pueden estar en las clases de Historia del 95% de colegios públicos y privados.

    ResponderEliminar
  2. Amigo Arturo:

    Interesante tu complemento y ello demuestra lo mucho que todavía se puede hacer pero no se hace. Espero seguir contando con más de tus comentarios al respecto de diversos temas.

    Luis Enrique

    ResponderEliminar