lunes, 13 de julio de 2009

Clásicos futbolísticos, clásicas luchas


Suele no ser prudente comentar sobre pasiones, pero a veces la ocasión lo permite a pesar del riesgo. Los deportes, las actividades físicas competitivas, son los canalizadores de las emociones de las masas. De no ser por estas válvulas de escape las inquietudes se acumularían y provocarían sublevaciones y guerras de todo tipo. Esto es el ABC de toda geopolítica que nos recuerda mucho a Roma y su "pan y circo".

En el caso de ciertos países, donde la carga de frustración es aún más alta, la necesidad de maximizar la importancia de los deportes es crucial, combinándolos con gran dosis de erotismo y tanatismo a través de las páginas de espectáculos. A todo eso se lo conoce hoy como "estrategias sicosociales". En cuanto al Perú en particular, el deporte por excelencia es el fútbol porque es de carácter colectivo y de género masculino, lo que permite su identificación con el segmento más agresivo de la población. Después de una jornada futbolística este sector, que es el de mayor potencial de violencia, es satisfecho en su necesidad de expansión y catarsis. Puede haber excesos, como las manifestaciones de las barras bravas, pero son mínimas comparadas con lo que podría generarse si no existiese el fútbol. En el conocido libro El fin de la historia y el último hombre del asesor del Pentágono Francis Fukuyama menciona que los gobiernos modernos deben fomentar e incrementar los deportes en las sociedades como modo de canalizar las fuerzas pasivas que, de no ser así, podrían estallar de otra manera.

En esta esquina, los blancos

Referente a esto, no deja de ser interesante el fenómeno de los dos equipos más populares del Perú, Alianza Lima y Universitario de Deportes (U), por cuanto, de algún modo, refleja los dos tipos de sicología que corresponden a esa polarización que siempre acompaña a toda sociedad. Normalmente los que son de la U suelen identificarse con los de clase alta en la medida que se asocia a dicho plantel con lo "blanco" (que a la vez incluye el prejuicio de ser lo inteligente y superior) puesto que originalmente era un equipo de estudiantes universitarios, que era el segmento más pudiente y culto del país en el tiempo en que se creó, a comienzos del siglo XX. Al mismo tiempo se lo asocia con el concepto de "limeño" y “campeón”, por lo cual muchos migrantes, en su proceso de asimilación a la capital, lo primero que hacen es "adaptarse" a la nueva sociedad “incluyéndose” como hinchas de la U.

En esta otra, los negros

En cambio al Alianza se lo asocia con "los negros", que a la vez son los pobres (pues, a diferencia de la aristocracia universitaria de aquel entonces, es el equipo que nació en el barrio, en el callejón, con pelota de trapo). Este representa a las clases bajas, a los desfavorecidos pero que son capaces de hacer "hazañas" como, por ejemplo, ganarles a "los ricos" de la U. Desde el comienzo de estos clásicos la historia relata dichas experiencias y la verdadera fiesta no es en realidad cuando gana la U —puesto que se supone que "los patrones siempre deben ser los mejores"— sino cuando gana Alianza, que es cuando ganan los pobres, los de abajo. Normalmente son los sectores más emocionales de la población peruana, los que de algún modo están inconformes con la sociedad y gustan de apoyar al más débil, los que hinchan por este equipo.

El más popular

Pero lo que resulta sintomático es una reciente encuesta de la universidad Católica (http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/alianza-lima-en-lo-mas-alto) la cual indicó que la popularidad de Alianza era superior a la de la U. Estas cifras solían ser antes muy parejas, pero el hecho que se inclinen ahora hacia Alianza podría interpretarse de varias maneras: como que la población menos favorecida se ha incrementado, como que la migración hacia Lima ha aminorado, como que los provincianos están perdiendo el temor de serlo frente al limeño, como que ya no existen los limeños que puedan discriminar a los provincianos o como que los índices de pobreza han aumentado. Estamos haciendo una especulación sobre los resultados esperando que, más adelante, puedan surgir otras lecturas o diferentes explicaciones.

De dónde viene lo clásico

Se reproduce así, cíclicamente, en este tipo de eventos, el "clásico" combate, muy bien especificado en el circo romano, entre el mirmidón y el reciario, entre el cielo y la tierra, entre Escorpio y Cáncer, entre los dioses y los hombres, entre los ricos y los pobres. Esa es la causa de la pasión que despierta todo clásico a nivel mundial, pues éstos se dan en todas partes y en todos los deportes (en Argentina, por ejemplo, el equipo Boca Juniors es el equivalente al Alianza Lima, como River Plate, denominado como “los millonarios”, lo es a la U). Este es el combate que mantiene la vida y mueve las aguas llevando a las masas, a través de un discurso no verbal, este ejemplo de lucha eterna el cual dice: la vida es un ir y venir, es un día y una noche, un nacer y un morir, un ganar y un perder, es dominación y es libertad, es riqueza y es pobreza. Ese es el mensaje final que todo clásico encierra (recordando que clásico quiere decir desde muy antiguo, desde siempre, desde el inicio de los tiempos).

No hay comentarios:

Publicar un comentario