
Al respecto del control sobre las investigaciones de fenómenos desconocidos
Si
bien es conocida y aceptada en parte la idea de que los llamados
"paradigmas" se imponen en cada época y sociedad eso no quiere decir
que la ciencia se abra paso por sí sola; lo que sucede es que lo que cambia es
el poder (como del eclesiástico al burgués en el caso de Europa) y es
ese nuevo poder el que establece aquello que es "lo verdadero" de la
ciencia.
"La ciencia" en realidad es solo
un constructo mental, una palabra que pronunciamos o escribimos; pero lo real y
concreto, su aplicación, está a cargo de quienes deciden qué de lo que se sabe
"es oficial" y qué no. No basta con que un científico aislado en un laboratorio
descubra algo; ese experimento, ese estudio, por más que esté bien hecho, puede
ser visto como una amenaza, un peligro para determinadas entidades comerciales
(laboratorios) o estatales (el ejército) y por lo tanto se lo
"silencia", se "confisca" y se margina al susodicho
científico. El caso Galileo, que ilustra esto, sucedió en la era pre moderna, pero el caso Tesla
ocurrió ya en la era moderna.
Los científicos entonces son solo los
obreros que trabajan sobre la materia; sus resultados necesariamente tienen que
pasar todos por el tamiz del poder. Pero el poder no solo es el Estado: es principalmente
el establishment, que es más que un gobierno (que es algo pasajero) o un Estado
(que implica solo un ámbito local). Como sabemos, las revistas internacionales
de ciencia, los grandes laboratorios, las instituciones de investigación,
universidades u ONG privadas tienen dueños que no conocen fronteras, y sus
representantes son quienes "aprueban o desaprueban" las
investigaciones dependiendo del grado de implicancia que ellas tengan para el
normal funcionamiento de la sociedad de mercado. Más importante que los
descubrimientos en sí es la evaluación de si eso afecta o no los intereses y el
control de dicha sociedad. Exactamente igual que lo que ocurrió con Galileo pero con un
sentido más "comercial", menos religioso.
De modo que ideas como que "la ciencia
se abre paso" son solo puras fantasías, simples creencias que albergan
muchos de los que todavía, ilusamente, desligan la ciencia del poder cuando en
realidad son un binomio indisoluble. Lo que le faltó en sus análisis al
filósofo Thomas Kuhn, creador de la noción de “paradigma” en su obra La estructura de las revoluciones
científicas, fue el factor político en la ciencia debido a que muchos de los
"teóricos" como él cometen el error de creer que el estudio de la
ciencia es algo puramente ajeno a los intereses humanos, como si trataran con
un problema matemático o con jugadas de ajedrez.
Desde siempre se ha dicho que
"conocimiento es poder" y la ciencia hoy más que nunca significa
únicamente poder (revisemos el caso de la creación de la bomba atómica en Álamo
Gordo y sus ilustres personajes como Fermi, Oppenheimer o Einstein manipulados por
Truman). De modo que si algún día cambian los "paradigmas" no será
para que la ciencia sea como quisiéramos que fuera, clara e imparcial, sino
para que sea lo que siempre será: el reflejo de la sociedad que existe en ese
momento.
En conclusión, los cambios de
"paradigmas" no se dan realmente en la ciencia sino en el poder, el
cual necesita incorporar nuevas formas de entender la realidad pero orientadas
de acuerdo con sus intereses.
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