jueves, 15 de marzo de 2018

Un comentario sobre si hubo o no hubo algo antes del Big Bang

Resultado de imagen para big bang


En primer lugar no hay que olvidar algo que es muy importante y que pocas veces se toma en cuenta: qué es la ciencia. En la mayor parte de los casos la pensamos como una "respuesta", una "explicación" sobre aquello que percibimos, algo así como un profesor que, ante la inquietud de los alumnos, toma la palabra y tranquiliza a todos con una exposición que parece sumamente "lógica". Culminada ésta los niños respiran tranquilos y vuelven a sus rutinas con la certeza de que "todo está en su lugar".

Pero lamento decir que esa imagen idílica, tan seria y ordenadora, no se corresponde con la realidad de lo que es la ciencia. Claro, para quienes no tienen nada que ver con ella o están lejos de interesarse en lo que los divulgadores y medios de comunicación construyen es lo mejor que puede haber. Pero cuando exploramos más a profundidad de qué se trata resulta que el susodicho muñeco se desarma.

La ciencia, más que una respuesta, es una pregunta, una inquietud, una proceso de averiguación sobre algo que nos llama la atención e intentamos entender mediante una serie de símbolos o nombres con los cuales ayudamos a nuestros cerebros a captar las cosas. Sin embargo la naturaleza no tiene esas "leyes" que nosotros le endilgamos ni se "ordena" en base a un sistema que denominamos "matemática", todo lo cual tampoco existe más que en nuestra mente y que tuvo un origen eminentemente religioso que preferimos ni mencionar.

Por otra parte, a esta relatividad de lo que es nuestra mente intentando captar la realidad, se suma el hecho la ciencia es solo una "momentaneidad", un instante dentro de un proceso inacabable de conocimiento. Nada en ella está concluido; todo es perfectible, modificable, sustituible, transformable. Hacer afirmaciones categóricas en la ciencia solo es útil dentro de un contexto específico como puede ser el lanzamiento de un cohete. Estas "leyes" que conocemos son las que nos permiten lanzar esos objetos al espacio con mucho esfuerzo y limitaciones, pero estas mismas leyes no nos permiten imitar la facilidad con que se desplaza un OVNI el cual, obviamente, se conduce a través de otras "leyes" que aún no imaginamos que existan.

Supongo que en este punto muchos esbozarán una leve sonrisa socarrona al ver que alguien que se presume de "inteligente" introduzca en una reflexión seria la palabra "OVNI" pues se parte del presupuesto que la realidad es únicamente aquello que ésta ciencia determina, tan igual que el creyente en la Biblia sonríe cuando alguien menciona una verdad que no está señalada en dicho libro. Pero nada hay más serio que observar cómo una serie de fenómenos suceden a nuestro alrededor, constatados por todos los medios y fuentes, a los cuales se les pone de lado como "seudociencia" simplemente porque ponen en entredicho las "verdades" contemporáneas que con tanto celo sostienen un sinnúmero de catedráticos y premios Nobel y con las cuales publican y viven.

Eso ya lo hemos visto en la historia cuando Galileo pedía a sus opositores que miraran por su telescopio para que constataran lo que decía y ellos se negaban "por principio", pues así vieran lo que vieran el cuestionado científico "estaba equivocado". Claro, en la ciencia, actividad humana, está también todo lo bueno y lo malo de nuestra humanidad puesto que es una obra de humanos, no de dioses. Lo que quiero decir es que a veces le tenemos tanto apego a nuestra torre de Babel construida con tanto esmero y sacrificio que el que aparezcan pequeños indicios que la desacrediten nos enerva y aterroriza puesto que le tenemos pavor al confirmar que finalmente estábamos totalmente equivocados.

De modo que la ciencia ni es ni la propia naturaleza ni lo que el ser humano imagina que es sino solo una manera momentánea de suponer que "tal vez las cosas sean así, pero parece que es todo lo contrario". Cualquiera que conoce la evolución de la ciencia actual lo puede constatarlo con solo leer un simple libro de historia de la ciencia donde se comprueba que, año a año, lo que se creía ser una "verdad", ahora resulta ser solo un "error", perdonable por las limitaciones de su época, pero error al fin. ¿Qué nos hace pensar que todo lo que creemos ser "sumamente certero" el día de mañana lo abandonemos entre risas? Y más aún: ¿cuántas cosas que antes se daban por "tonterías" hoy se resucitan porque explican mejor la realidad desde el punto de vista actual?

Este vaivén de creencias, de afirmaciones y certezas que van y vienen no las puede comprender el lego para quien la ciencia "tiene que se el sustituto de la religión, tiene que ser la verdad". Al menos, eso es lo que nos hacen creer en el colegio y en la universidad: que lo que decía la religión era "la ignorancia" y que lo que dice la ciencia es "la verdad". Y así lo piensan y creen la gran e inmensa mayoría de estudiantes incluyendo muchos científicos de renombre. Simplemente cambiaron las verdades de la religión por las verdades de la ciencia. Esto por supuesto es muy cómodo porque evita entrar en dudas existenciales que nos causas demasiada incomodidad ante la vida. Siempre es preferible pensar que "todo está explicado" a que "todo es parcial y momentáneo". Quienes recuerdan la primera versión de El planeta de los simios puede entender bien la diferencia entre "el conocimiento correcto" y "el conocimiento real", pues ambas cosas nunca son compatibles por la presencia del poder.

Finalmente, sobre la especulación de qué hubo antes del Big Bang, nuevamente vemos que se prefiere partir de una "teoría" ampliamente aceptada por la "comunidad científica" (recordando a los famosos consensos de sabios que decidían en su conjunto lo verdadero de lo falso, como en el caso Galileo) pero que no es la única como bien lo difundió en un texto Enrique Pfeifer (Cosmología: ¿ciencia o ideología?)1. Pero eso no es todo puesto que aún es posible especular sobre un centenar de teorías más, todas las cuales, incluyendo las del "consenso", son igualmente imposibles de demostrar con la tecnología actual. Solo se puede hablar de ellas en el idioma puramente especulativo de la física teórica, donde todo es posible y nada es verdad. 

De modo que en mi opinión se parte de una premisa falsa o no demostrada (de que hubo un Big Bang) para sobre ello especular qué otras posibles connotaciones se pueden deducir de ello. Es como tomar un camino equivocado y, mientras se lo recorre, se habla y discute acerca de los muchos destinos a los cuales se puede llegar, cuando en verdad el camino termina en un precipicio. En ese caso es mucho más científico admitir que en este terreno, el del Universo, el método científico moderno no es suficiente (como quien tiene una regla que se queda corta para tomar ciertas medidas) y que por lo tanto es necesario dejarlo de lado para construir otro método de conocimiento que nos permita abordar magnitudes mayores a las terrestres. 

Solo con esa actitud valiente y honesta, que no le teme a desandar lo andado para ir por la senda correcta, que no se amilana si tiene que recurrir a sistemas antes calificados de "brujería", avanza la ciencia. Pero la resistencia a echar por la borda esta linda torre de Babel llamada "el método científico" es enorme en la medida que con él se han desarrollado muchas cosas e inventos muy útiles para la era moderna y la sociedad de mercado pero inútiles para afrontar una nueva forma de sociedad que no tenga esos parámetros comerciales. Solo así pienso que el ser humano podrá esperar llegar a las estrellas durante su corta existencia. 

1 Adjunto el artículo de Pfeifer que cuestiona la verdad universal del Big Bang.

No hay comentarios:

Publicar un comentario