NOTA: Esta es una breve reseña sobre la labor que desempeña el Subcomité de Medicina Tradicional del Colegio Médico del Perú y debe ser considerada solo como la opinión de uno de sus integrantes, no así una versión autorizada por el mismo.
Resumen
La Medicina Tradicional es un saber milenario que aún no ha
podido ser abordado científicamente por lo que se desconocen los principios
activos que la hacen tan aceptada por la mayor parte de la población mundial.
La causa parece estar, por un lado, en el método, y, por el otro, en la propia
noción de conocimiento que actualmente se maneja pues, para que éste se dé en
Occidente, se necesitan ciertos requisitos que todavía no se han podido
alcanzar con respecto a la Medicina Tradicional. Como consecuencia de ello dicha
medicina está relegada a la zona marginal de las cosas que no pueden ingresar
plenamente en el espacio mental considerado por Occidente como “lo conocido” y hasta
el momento permanece allí, junto a una serie de fenómenos que la ciencia
moderna, o no le interesa, o no está en capacidad de identificar y a los que se
les denomina con diversos nombres como mitos, errores de percepción, estafas, ignorancia,
misterios o parasicología. Esto puede ser superado si se toma como referencia
lo actualmente desarrollado en filosofía andina o quizá si se siguieran las
sugerencias que aporta el enfoque sistémico o las ciencias de la complejidad.
1. Acerca del Subcomité de Medicina
Tradicional del Colegio Médico del Perú
El Subcomité de Medicina Tradicional del Colegio Médico del
Perú (SCMT) ha sido creado en vista de la necesidad de adaptar las
instituciones y los saberes actuales a los tiempos contemporáneos en los que
día a día se rompen numerosos paradigmas, especialmente por causa del propio
avance de la ciencia que, al investigar ciertos fenómenos, concluye en que se
hace necesario asumir una actitud crítica y abierta ante las implicancias que
éstos traen en materia de conocimiento. El Subcomité está conformado por una
agrupación multidisciplinaria de destacados profesionales vinculados con dicha
actividad quienes, por su experiencia, están en capacidad de dar valiosos
aportes a las investigaciones realizadas. A continuación se va a intentar dar
una mirada resumida de la labor que dicho Subcomité efectúa.
Para empezar, la primera instancia necesaria es definir la
materia de estudio a la cual se la denomina como Medicina Tradicional. Se
entiende por Medicina Tradicional a un conjunto de saberes milenarios
orientados a la recuperación de la salud del ser humano estructurados de manera
diferente a como lo ha venido haciendo la medicina científica o biomédica. Ésta
última tiene un historial particular relacionado directamente con el método
científico el cual llega hasta el día de hoy, mientras que la Medicina Tradicional
se ha mantenido fiel a sus principios remotos sin sufrir mayores
transformaciones en el transcurso del tiempo.
Razones que sostienen
la actividad del Subcomité
El SCMT tiene justificada su existencia en la medida que la
Medicina Tradicional es actualmente motivo de estudio debido a que:
- Se trata de un fenómeno vigente en todas las poblaciones del mundo y es empleada por todos los estratos sociales, en especial por los más pobres.
- Revela ser un mecanismo con cierto grado de efectividad, lo que le da vigencia y credibilidad.
- Su práctica no está normada y ello se presta a engaños y excesos que pueden poner en riesgo la salud de las sociedades, asunto que le compete a instituciones tutelares como el Colegio Médico del Perú.
Objetivos del
Subcomité
Entre los varios objetivos específicos del Subcomité se
pueden destacar los siguientes:
- Investigar el ejercicio de la Medicina Tradicional para poder obtener algún tipo de conocimiento sobre ella y así elaborar una opinión autorizada sobre su eficacia o peligros.
- Ayudar a orientar los procesos de investigación y descubrimiento de sus probables propiedades y beneficios que puedan ser aplicables a la biomedicina y, a través de ella, a toda la humanidad.
Logros y avances del
SCMT
En sus casi dos años de ejercicio el SCMT ha logrado
realizar un acercamiento al conocimiento de la Medicina Tradicional obteniendo
ciertos resultados positivos.
- Ha identificado y convocado a la mayor cantidad de expertos sobre la materia, tanto a nivel nacional como internacional, lo cual conforma un importante banco de datos sobre dichos especialistas.
- Ha mantenido una actividad interna constante y abierta al público tanto mediante sus sesiones ordinarias como a través de las extraordinarias y los congresos, charlas y conversatorios organizados en coordinación con el Colegio Médico del Perú.
- Esta acción se ha traducido en el acopio de una apreciable información la cual viene siendo rigurosamente procesada y filtrada para evitar la subjetividad y el falseamiento.
Retos del SCMT
El tiempo de ejercicio del SCMT es aún muy corto como para
pensar que se está cerca de alcanzar la meta deseada. Hay por delante muchas
tareas las cuales se vienen desarrollando con verdadero espíritu científico y
pasión particular, algo esencial para su buen desempeño pues se debe considerar
que se trata de un trabajo efectuado ad honorem por sus integrantes. Entre los
muchos retos a futuro se puede destacar el que quizá sea el más importante:
- Incentivar y estimular la creación y desarrollo de métodos más eficaces para conseguir el conocimiento de los principios activos que permitan la comprensión de la Medicina Tradicional por parte de los sectores científicos occidentalizados.
Se debe considerar que la principal limitación que se tiene
es que mucha de la fenomenología que aportan los practicantes de esta actividad
no es compatible con la noción de conocimiento que se ha desarrollado mediante
el método científico. Ante esta incomunicación lo más común que se ha venido
haciendo es asumir una actitud de desprecio y desdén hacia lo tradicional, lo
cual ha traído como consecuencia una serie de obstáculos que, a la larga, no han
llevado al entendimiento mutuo.
En vista que no se puede persistir en esta incomprensión por
la falta de un lenguaje común es que ahora los esfuerzos apuntan hacia ello.
Más se gana con el intercambio que dándole le espalda a hechos que son reales
aunque no se los pueda clasificar ni comprender por el momento.
Metodología que el
SCMT
La metodología que el SCMT sigue hasta el momento está basada
en:
- Los estudios antropológicos.
- Los aportes de diversos investigadores de otras tantas disciplinas presentados en congresos y conversatorios.
- La investigación de campo, particularmente el diálogo directo que se realiza con los principales actores de la Medicina Tradicional (los curanderos).
Es necesario hacer notar que este esfuerzo resulta
incompleto debido a por la falta de presupuestos que permitirían dirigir mejor las
investigaciones y por lo ya mencionado antes con respecto a la metodología en
la medida que lo obtenido hasta ahora, con todos los méritos que ella tiene, no
logra responder con satisfacción aquello que al investigador y científico
occidental le interesa saber: qué hace que realmente funcione la Medicina
Tradicional.
Hipótesis hay muchas y dadas desde diferentes perspectivas y
materias, pero se requeriría de un estudio más integrado y con una mirada más
holística que implique aspectos que con una sola ciencia no se pueden abarcar.
De ahí la necesidad de plantear una revisión de las herramientas teóricas más
que el seguir acumulando casos que, sin una adecuada y original interpretación,
solo llevan a más de lo mismo.
2. Acerca de la filosofía andina como un punto
de partida para la obtención del método adecuado
Muchas veces se dice que, cuando una intriga se hace
insoluble, es recomendable revisar el método. Sucede que se puede intentar
durante mucho tiempo horadar una piedra con un palo y llegar a la conclusión
que ésta es imposible de perforar. Pero basta con replantear el método para
descubrir que ello sí es posible y con facilidad. Muchos de los llamados
enigmas de las construcciones egipcias, mayas e incas tienen esa misma
problemática: fueron hechas con métodos que al occidental contemporáneo le es
difícil concebir y por eso le parecen misteriosas o hasta fuera de este mundo.
Ante ello la concepción de una filosofía que no se centre
solo en Occidente resulta de mucha utilidad, tanta como cuando un matemático
descubre un sistema para realizar operaciones que hasta antes de ello parecían
imposibles. Aferrarse al método que uno conoce y negarse a entender las cosas
de un modo más conveniente no es ni inteligente ni científico, pero es algo que
suele ser muy común. Occidente se resiste a abandonar sus dogmas y principios heredados
de su inicial filosofía y salirse de dichos parámetros para captar la realidad
de otra manera le resulta casi un parto. Varias veces en su historia ha atravesado
por tal trance y le ha costado adaptarse. Y cuando cree haber llegado a la
cúspide del saber pensando que de ahí en adelante será todo cuesta abajo o una
simple acumulación de datos viene el trauma del cuestionamiento y la crisis de
verdades.
Hasta hace poco Occidente vivía feliz con la idea de estar
en un Universo hecho como un reloj, donde todas las piezas eran del mismo
material y funcionaban igual unas con otras. “Dios no juega a los dados” decía
Einstein y concluyó que nada había más rápido que la velocidad de la luz. El
Mundo le parecía al hombre moderno occidentalizado algo con sentido, con
lógica. Todo estaba en su lugar y ya podía entenderse lo inexplicable. El ser
humano nuevamente era dueño del conocimiento y era Dios.
Sin embargo esta seguridad y alegría ha durado poco pues día
a día se descubren fenómenos y propiedades que derriban esta moderna Torre de
Babel y, lejos de alcanzar a Dios o ser como Él, el hombre moderno ve que todo
vuelve a fojas cero, que no hay ni reloj ni relojero, y que las sagradas e
intocables leyes fijas y eternas de la física simplemente no existen. Y es en
esta crisis, una crisis de referencia, de verdad, de seguridad en los valores
firmes y tradicionales, en donde residen todas las demás de orden social y
cultural. Se ha derribado a un dios, el hombre del Humanismo, pero no se ha
entronizado nada en su reemplazo. De ahí al todo vale, a la ausencia de
referentes y a la confusión de rumbos solo hay un paso.
Pero si la filosofía occidental ha entrado en crisis y no
logra dar con las respuestas se hace necesario entonces revisar los principios
y creencias que aún se mantienen para ver si existen sustitutos. Y ahí se
encuentra la filosofía andina, un tipo de pensamiento similar al occidental en
sus objetivos pero diferente en sus métodos. La filosofía andina es filosofía,
solo que interpreta al mundo de otra manera y otorga al hombre finalidades
distintas a las propuestas por Occidente. Entre ellas está el sentido de la
vida, el destino del ser humano en la Tierra. A diferencia de Occidente, cuya
filosofía le indica al hombre que él es un ser en estado de evolución cuyo
objetivo es la búsqueda del conocimiento, la filosofía andina le dice más bien
que él transita por el mundo con el deber de adaptarse y hacer a éste mejor de
lo que está y con ello cumple su misión. En pocas palabras, su deber es crear
belleza.
De modo que la filosofía andina no se plantea como meta el
conocimiento, que es característica de la occidental, sino la comprensión, la
cual consiste en un darse cuenta cómo se desarrolla y manifiesta la realidad,
la naturaleza, y aprender de ella el buen comportamiento. Quiere decir que para
la filosofía andina el hombre no es un ser que busca la causa de las cosas, del
cómo se constituye internamente la materia, sino que anhela saber de qué manera
se comportan para ser ellas lo que son. Se puede saber qué es un caballo
anatómicamente, pero también etológicamente. Ambas interpretaciones son
sabidurías y ambas ayudan al ser humano a vivir, pero lo hacen de modos
paralelos y distintos.
Hay todo un complejo filosófico por abordar desde la óptica
andina y no es motivo de este texto el hacerlo; solo se mencionará que mucho de
lo que se conoce como Medicina Tradicional podría ser captado y entendido mejor
si es que se emplearan como sustento teórico los postulados de la filosofía
andina. Pero ello implica amar más a la verdad que a Platón, lo cual significa
que si con un cambio de filosofía se pueden obtener las respuestas deseadas
entonces no hay que temerle al cambio.
3. Acerca del enfoque sistémico para obtener
un mayor conocimiento de la esencia de la Medicina Tradicional
Como ya se mencionó líneas antes, el método científico
tradicional moderno tiene sus limitaciones, siendo la consecuencia de ello la
elaboración de un estrecho modo de conocimiento donde se acomoda solo aquello
que ha logrado ingresar al Parnaso de la verdad. El problema con dicho método
es que los fenómenos que hay que investigar son infinitamente superiores a la
capacidad de investigación existente y peor aún: el propio método científico ha
sido puesto en cuestión por su mismo creador, el hombre occidental, de tal modo
que lo poco que él creía saber ahora resulta que puede que no sea cierto.
A esta forma de pensar totalitaria, a esta sensación de seguridad
en la posesión del saber es a lo que se refiere el enfoque sistémico como lo
lineal, en el sentido que solo contempla una vía única para obtener una
explicación de las cosas, dejando de lado otras que interactúan con ellas y que
las modifican constantemente. Esto significa que lo que cuestiona Morin con las
ciencias de la complejidad es al propio método usado por la ciencia clásica que
indica que las cosas se conocen mediante su clasificación y ordenamiento,
transformando eso luego en una ley. De este modo el biólogo solo estudia y se
especializa en aquello que él considera que tiene vida; aquello que se dice que
no lo tiene no es materia de su interés. Lo mismo para las otras ciencias.
Con ello lo que se tiene, siguiendo la línea del
cuestionamiento complejo, es un cúmulo de pequeñas verdades para cada segmento
de la realidad pero que, al no estar conectadas entre sí, dejan grandes
espacios indeterminados y oscuros. ¿Qué relación hay entre el arte y la
ingeniería? Aparentemente ninguna, según los expertos, pero resulta que en la
vida real ambas cosas conviven de la mano y son inseparables (como pasa con la
ingeniería para hacer un piano). El pensamiento lineal hace que el que fabrica
pianos no tenga mayor interés en el arte musical; solo le basta con poner bien
las piezas en su lugar. Menos todavía le interesará saber qué hacen los sapos
para atraer a sus hembras.
El pensamiento lineal supuestamente imita a las colmenas o a
los hormigueros en la creencia que lo que las define es la división y
especialización del trabajo, pero ello se debe a que se sabe poco sobre cómo
viven y piensan las abejas y las hormigas. Una mala observación o una mirada tergiversada
lleva siempre a hacer conjeturas que no necesariamente se ajustan a la realidad.
El hombre occidental ha afirmado durante miles de años que
solo el ser humano hace uso de la razón y que los animales actúan por instinto.
Ello le ha permitido toda una serie de crímenes y atropellos a estos creyendo
que hacía lo correcto. Hoy se sabe que eso no es así, que el estudio de los
animales arroja que tanto ellos como nosotros somos copartícipes auténticos de
este mundo y que no tienen sustento real las ideas de “los reyes de la
creación” pues es solo un concepto proveniente de una religión. Esto y mucho
más es lo que el pensamiento de Morin dice que es la forma lineal de ver al
mundo y que provoca todas las estrecheces mentales que conducen al error y a la
confusión.
¿Puede entonces el enfoque sistémico dar respuesta al
problema de saber porqué funciona y es aceptada la Medicina Tradicional y
porqué el occidental no logra captar lo que es? Sí podría en la medida que eso
signifique una apertura más allá de los límites de lo que se considera el saber
establecido y dado, raíz de todo aquello que pone trabas al cambio de
pensamiento y de visión. La Medicina Tradicional, desde este ángulo, viene a
ser un sistema complejo y como tal tendría que ser estudiado, no solo como una
simple medicina o como un fenómeno antropológico sino como una experiencia
integral del ser humano en el mundo. Solo así tal vez se obtendrían las
respuestas que se han estado buscando desde siempre.
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