viernes, 22 de mayo de 2015

PODEMOS decidir. ¡Decidamos!

Por Pepe Mejía (desde España)

El próximo domingo 24 de mayo -a través de nuestro voto- tenemos la posibilidad de avanzar en la constitución de corporaciones municipales y asambleas autonómicas desde abajo construidos por gentes de abajo. La gente -y no solamente la que está a nuestro alrededor- está harta de tanta corrupción, de tanto despilfarro y de tanta mentira. Estamos hartas de tanto incapaz que no ha gestionado bien los recursos públicos. Y más bien nos enteramos que después de pasar por los puestos públicos -mientras muchas familias no tienen qué comer o seguimos escalando los mayores índices de desnutrición infantil- salen cobrando 369.000 euros como cazatalentos o ganan 5.000 euros en juegos de azar.

¿Cómo es posible que la candidata al ayuntamiento de Madrid, la Condesa consorte de Bornos y Grande España, Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, se niegue a hacer público su declaración de la renta? ¿Puede una aristócrata velar por los intereses públicos?
Estamos hablando nada menos de la persona que en los últimos años ha nombrado para cargos públicos a corruptos convictos y confesos. Para la defensora de los intereses de la gran banca, las transnacionales y el gran capital los casos de corrupción, mientras no salieran en prensa no existían. Los suyos robaban a manos llenas bajo el manto protector de la “madrina”. Una verdadera mafia que ha demostrado su buena gestión de los dineros del estraperlo.

Como bien dijo la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, el otro día en Telemadrid. “Habeis hecho mucho daño a esta ciudad y a la ciudadanía”.
Una persona que ha hecho mucho daño a esta ciudad y a esta ciudadanía no merece confianza. Y no merece confianza porque una aristócrata va a seguir defendiendo los intereses de los de arriba. No tenemos confianza en una política que como diputada, senadora, ministra y presidenta madrileña ha gestionado ingentes cantidades de dinero público, se niegue a hacer público su declaración de la renta y después nos enteremos que cobra una millonada. Y no tenemos confianza porque no sabemos si sus dineros responden a intereses propios del tráfico de influencias con vestido de cazatalentos u ocultamiento de dinero negro a través de su adicción a los juegos de azar.

Pero no solamente tenemos desconfianza hacia los y las candidatas que han beneficiado intereses personales a costa del erario público. Tampoco tenemos confianza en aquellas personas de ese partido en el gobierno. ¿Cómo es posible que el hijo de Aznar, ex presidente de Gobierno, haya sido el principal beneficiado de la venta de pisos de protección social a los fondos buitre? Carroñeros, verdaderos carroñeros.
Tenemos la oportunidad de echarles. Tenemos la oportunidad de construir juntos una verdadera democracia contra la dictadura del capital, cuya imagen más ajustada es la de esta aristócrata vestida de profesional de la política y del lobismo.

Otro tanto pasa con los responsables del Partido Popular (PP) que dirigen la Comunidad de Madrid, convertido en el motor de las iniciativas privatizadoras que despojan al pueblo soberano de sus propios recursos básicos como son la sanidad, la educación y el agua. Verdaderos mercaderes que están dispuestos a vender al mejor postor los recursos básicos para nuestra propia existencia. Que no quepa la menor duda. No les temblará la mano en vender el Canal de Isabel II mientras ellos se construyen áticos millonarios en la costa. No les temblará la mano en seguir despidiendo, como lo han hecho en la educación pública: 7.000 despidos. Tampoco les temblará la mano en vender terrenos públicos a corporaciones privadas como es el caso de los terrenos de la Operación Campamento en un distrito, el mayor de todo Madrid, que carece desde hace más de 20 años de un plan de desarrollo sostenible que garantice empleo duradero y no precario, que garantice el corredor ecológico y no lo destruya, que contribuya al tejido social y no al especulativo.

Si la derecha gana en la Comunidad de Madrid estaremos más expuestos a la precariedad y al empobrecimiento. Un paso más hacia la destrucción de nuestra propia existencia.
Ahora es el momento de empezar a cambiar las cosas. Ahora es el momento de emitir un voto para echarles. No les queremos. Queremos emitir nuestro voto para construir una verdadera democracia que esté gestionada por gente común, por gente que venimos de abajo, que hemos y seguiremos luchando por los intereses de los de abajo para hacer caer a los de arriba, a las aristócratas y a los testaferros que trincan dinero público.

El 24 de mayo tenemos la oportunidad de empezar el cambio. Poco a poco nos acercamos a nuestros objetivos. Empezamos con Andalucía. Vamos ahora por las municipales y autonómicas para preparar, mañana mismo, o sea el lunes 25, las generales. Esta es una batalla de largo aliento. Pero todos y todas tenemos que remar en la misma dirección. Conseguir buenos resultados electorales es importante. Pero tan importante es obtener bastantes votos como construir por abajo la democracia que garantice nuestros derechos. Los votos no garantizan que tengamos el poder, ni el municipal ni el autonómico. Al respecto, un día estando en Cusco, en plena puna rodeado de “cerros” y miembros de comunidades campesinas, un amigo, compañero, activista campesino e indígena, Hugo Blanco, me dijo: “El violín se agarra con la mano izquierda pero se toca con la derecha. No lo olvides. Tenlo siempre presente”. Animo pues a votar. Animo a votar candidaturas municipalistas y de unidad popular. Esta es la vía para construir poder desde abajo, construir un poder alternativo al sistema. Un sistema, como se ve, corroído por la corrupción y que no tiene empacho en presentar a sus más insignes defensores.

Termino con una frase pronunciada por el Subcomandante Marcos allá en las lejanas tierras de Chiapas. “No se trata de tomar el poder, se trata de construirlo”.
El 24M tenemos la oportunidad de empezar a construir y decidir. ¡Decidamos!

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