Gran revuelo va a
causar en la platea peruana (y en general, de todos los países
primario-exportadores) el estreno de la película Los Muppets debido principalmente al tema en el que resulta que, durante
sus vacaciones en Los Ángeles, algunos de sus personajes descubren que el
empresario Tex Richman planea arrasar con el teatro de los Muppets para
perforar y extraer el petróleo hallado debajo del viejo solar. Aunque los
protagonistas se encuentran separados deciden reunirse para juntar el dinero
necesario para que no destruyan el lugar. ¿Algunas coincidencias con
situaciones comunes en nuestros países?
Un conductor de tv, Eric Bolling, del programa Follow the money de Fox Business Network, manifiesta que la película promueve una campaña contra la industria petrolera pues considera que la cinta
busca desprestigiar a dicho negocio. "Demuestra lo lejos que la
izquierda va a llegar para manipular a sus hijos y convencerlos con el mensaje
anti corporativo", aseguró. "De todas estas películas que atacan
a la industria del petróleo ninguna discute sobre los aspectos positivos del mismo:
es el combustible para iluminar un hospital o calentar sus hogares",
señaló Bolling. Debido a esto la Rana René, Miss Piggy, Ruffo y todos los
personajes que conforman Los Muppets han
sido acusados de “comunistas”.
La pregunta que nos hacemos es ¿cuándo es noble esta
actitud, como en el caso de la película de Disney, y cuándo producto “del
atraso y la ignorancia de la chusma”, como en el de los cajamarquinos? De todos
modos será divertido ver cómo los niños
limeños, hijos de los dueños de las minas, gozarán a rabiar cuando sus héroes
derroten al “malvado” explotador de recursos naturales (aquí le llamamos “inversionista”).
¿Cómo se sentirán cuando griten sus criaturas de
emoción al ver que las intenciones del “inversionista” se van al agua producto
de dicha “rebelión popular”?
Fuera de bromas, esto demuestra una vez más que no existe en
el mundo, ni siquiera en Estados Unidos, un consenso sobre qué es lo correcto y
lo incorrecto, y que tanto allá como acá hay los que toman conciencia de los
abusos y peligros de la explotación del planeta y los que, ante cualquier estorbo
a sus negocios, levantan la voz para acusar de terrorista a todo aquel que los
cuestiona. Es un debate que aún no ha concluido y donde ambas posiciones tienen
sus propios argumentos. Esperamos los peruanos no tener que ser testigos de una
censura a la película o quizá ver que declaren en “estado de emergencia” a la
Disney debido a la infiltración de “subversivos” que azuzan a su ignorante directorio
a hacer estos engendros debido a que "no entienden lo que es el desarrollo y el
progreso". Habrá que explicárselos bien.