domingo, 23 de mayo de 2010

Eric Toussaint: “Considero absolutamente necesario una estrategia europea del movimiento obrero y de los movimientos sociales”

Por: Pepe Mejía, periodista miembro de ATTAC.

Presento a continuación otra colaboración de mi entrañable amigo Pepe Mejía quien, desde España, aborda temas que en este momento son coyunturales.

Eric Toussaint (Namur, 1954) es Presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) -Bélgica. Politólogo por la Universidad de Lieja y París VIII, es Miembro del Consejo Científico de ATTAC Francia, de la red científica de ATTAC Bélgica, así como del Consejo Internacional del Foro Social Mundial. Miembro del Comité Internacional de la Cuarta Internacional es autor de numerosos libros entre los que destacan “La Bolsa o la Vida”, “60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco Mundial”, “Banco Mundial. El golpe de Estado permanente”. Ha sido Asesor en la Auditoría Integral de la Deuda Externa del Ecuador, así como con el Gobierno de Fernando Lugo de Paraguay para la revisión del Tratado de la presa de Itaipú. También ha colaborado con el Gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Mientras participó en la Cumbre Alternativa de los Pueblos. Enlazando Alternativas -que se celebró del 14 al 17 de mayo- Eric Toussaint se alojó en el madrileño barrio de Latina.

Pepe Mejia: En América Latina estamos viviendo un cambio de las relaciones de fuerza con movimiento sociales ofensivos, radicales y transnacionales que han combinado reivindicaciones democráticas como las asambleas constituyentes, reconocimiento del Estado plurinacional y con orientación claramente antiimperialista, antineoliberal e internacionalista. ¿Se puede decir que los Gobiernos de Ecuador, Venezuela y Bolivia están realizando procesos de ruptura anticapitalista y de enfrentamiento global a las élites locales?

Eric Toussaint. La respuesta es claramente negativa. No hay, en el verdadero sentido de la palabra, un proceso de ruptura anticapitalista si hablamos de medidas estructurales que cambian las relaciones de propiedad de manera determinante, que cambia la naturaleza del poder. En estos tres países tenemos sociedades capitalistas. Los grandes sectores de la economía están todavía en manos del gran capital nacional o extranjero. Una excepción parcial es el sector del petróleo en Venezuela donde la mayor empresa es pública y produce dos tercios de petróleo pero el Estado sigue un Estado burgués. No se han constituido órganos de poder popular basado en la autoorganización de los trabajadores de las empresas o de los sectores campesinos o indígenas. Son sociedades capitalistas que viven procesos muy importantes debido a sublevaciones sociales populares en los últimos veinte años. El “caracazo” en febrero del 89 en Venezuela, la enorme movilización en Venezuela contra el golpe del 11 de abril de 2002 o grandes movilizaciones populares en Ecuador que tumbaron a cuatro presidentes de derecha. Las grandes movilizaciones en Bolivia que derrumbaron a un presidente y que lograron renacionalizar, por ejemplo, el agua en Cochabamba en abril del 2000. Si se trata de caracterizar a estos tres gobiernos se diría que son gobiernos nacionalistas y antiimperialistas. Por ejemplo, en el gobierno de Rafael Correa en el Ecuador hay representantes directos de los grandes sectores privados. Hay una izquierda del Gobierno y claramente un sector orgánico con la burguesía ecuatoriana. Mientras que en Venezuela y Bolivia no hay representantes tradicionales del capital. Pero nace, al interior del aparato político del chavismo, lo que se llama la boliburguesía. Es decir, un sector del gobierno y del partido del gobierno que se está enriqueciendo de una manera muy acelerada y puede transitar, hasta lo que hemos conocido, en otras experiencias históricas como fue la revolución mexicana -a partir del Estado mexicano- en el nacimiento de una nueva burguesía dentro de un capitalismo de Estado.

Entonces, ¿estamos asistiendo a la gestión del gobierno y no tanto a ejercer el poder?

Lo que falta para mi es que existe una debilidad en el nivel de autoorganización de los sectores que podrían realmente cambiar de manera definitiva la correlación de fuerzas. Es decir, los asalariados industriales, los campesinos, los pueblos indígenas. Hay una falta de autoorganización y politización. Aunque hay logros, por supuesto, los movimientos y las sublevaciones populares de los últimos años han permitido acumular experiencias. La CONAIE en Ecuador, las organizaciones sindicales e indígenas de Bolivia, la Central Obrera Boliviana, que ha sido muy debilitada por el modelo neoliberal, pero que sigue con una cierta fuerza y en Venezuela, la Unión Nacional de Trabajadores y las experiencias incluso de ocupación de empresas, algunas experiencias de control obrero. No quiero tampoco decir que estamos en países donde solamente en el nivel del discurso es su apuesta en el socialismo Está claro que hay grandes sectores populares que quieren cambios socialistas. Pero desde gobiernos no hay una clara voluntad para hacer cambios estructurales de fondo. Si la presión no viene de las bases estos cambios no se darán.

Los mismos mercados financieros que han sido salvados gracias a los planes de rescate están ahora en pie de guerra contra el aumento de la deuda pública que esos planes han provocado. ¿Cómo va a incidir, en nuestra vida diaria, el aumento de la deuda pública y a cuánto asciende?

Eric Toussaint. Ya estamos viviendo un viraje histórico dentro de un tren con una tendencia histórica que son las políticas neoliberales a partir de final de los setenta e inicios de los ochenta. Es decir, dentro del marco de una ofensiva del capital contra el trabajo tenemos una aceleración de esta ofensivo debido a la crisis del capitalismo que, como no encuentra una movilización social suficiente, decide profundizar la ofensiva. Vamos a tener en todos los países del norte una reducción del gasto social. Es decir, degradación de la situación en la enseñanza pública, en la salud pública, despidos masivos o no reemplazar a los funcionarios públicos que vayan a la jubilación, reducción de gastos en obras públicas, aumento de impuestos que pagan los asalariados y todos los sectores populares, aumento del IVA, aumento de la parte del presupuesto del Estado que va hacia el pago de la deuda pública que, a su vez, va a los tenedores de los bonos de la deuda pública que son los grandes bancos internacionales o fondos de pensiones privados, los grandes seguros. La población se verá afectada de manera muy directa. Lo vemos aquí en España con el ataque contra los jubilados, con la supresión del cheque bebé. Estas medidas son sólo el inicio porque este no será el último paquete con el que se saneará la economía.

¿Y esto provocará tensiones sociales graves en Europa como estamos viendo en Grecia?

Bueno, primero, esto se va a generalizar. No se va a limitar a Grecia, España o Portugal. El FMI ya impuso medidas a Rumania y Hungría en 2009. No habrá ningún país europeo exentos de estas medidas. Esto va a producir huelgas. La pregunta es si estas huelgas se producirán solamente en el marco nacional o si lograremos en los meses que viene o en el año que viene hacer converger huelgas a nivel europeo contra las políticas de la Comisión Europea y para conseguir otro modelo. Considero absolutamente necesario una estrategia europea del movimiento obrero y de los movimientos sociales. Pero la verdad es que la dirección sindical de la Confederación Europea de los Sindicatos no está dispuesta a lanzar un plan de movilización europeo. Estas direcciones sindicales siguen con la lógica de acompañar a los Gobiernos y tratar de aliviar un poco los aspectos más antisociales de los planes del Gobierno.

¿Cuál es su valoración de la Cumbre Alternativa de los Pueblos Enlazando Alternativas celebrado del 14 al 17 de mayo en Madrid, la cumbre/mitin Anticapitalista celebrado el pasado viernes 14 de mayo y la manifestación que recorrió las calles de Madrid el pasado domingo 16 de mayo?

A las mesas redondas y talleres de la Cumbre Alternativa acudieron unas dos mil quinientas personas y a eso hay que añadir los que hayan ido el lunes 17 de mayo a la reunión con los presidentes latinoamericanos. En la manifestación hubo seguramente más de seis mil personas y un excelente nivel de organización de los eventos. A nivel de contenidos pienso que una parte de las organizaciones que convocaron siguen con una orientación que evita pronunciarse sobre medidas anticapitalistas. Hay todo un sector que incluso consideran que los gobiernos de Lula o de Múgica en Uruguay o de Fernández en Argentina son gobiernos amigos, mientras que hay otro sector -que imagino que serán la otra mitad- consideran de manera muy crítica la orientación de estos gobiernos. Pienso esto porque en el Foro Social Mundial de Belem -celebrado en enero de 2009- hubo una apuesta más radical porque era evidente la amplitud de la crisis del capitalismo y había la esperanza de ver grandes movilizaciones sociales. Pero bueno, esas grandes movilizaciones tardan. No se vislumbra realmente una alternativa muy radical. En la manifestación del domingo 16/05/2010 en Madrid me impresionó el nivel de organización del grupo de Izquierda Anticapitalista, la presencia sindical de la CGT que se movilizó a favor de una huelga general. Se combinó el rechazo a la Cumbre Oficial con el rechazo al plan de Zapatero. Había una combinación de las dos cosas. El tema de la deuda pública y el tema de la política del FMI, que se está extendiendo tanto a todo el continente europeo y se mantiene en América Latina, ha hecho que se constituya una base de lucha común de todos estos movimientos populares para rechazar al FMI y abogar por una salida anticapitalista a la crisis capitalista internacional.